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Barraca y la revolución del sonido de Valencia

 

 
Parte I

Origen

 

Hablar de Barraca es nombrar a la sala más mítica y prestigiosa de la Comunidad Valenciana.
El verano de 1966 abre sus puertas en “Les Palmeres”, una pequeña pedanía costera de Sueca, que en unos años pasó de ser conocida como “ciudad arrocera de España” a punto neurálgico de la llamada por los medios de comunicación, Ruta del Bakalao.

 

Tras abrir como tienda, pasó a convertirse en una sala de fiestas al estilo night club de los años 60, donde se contaba con una opción de ocio muy similar al resto de salas en los 60 y principios de los 70.

Más tarde, se convirtió en discoteca, aprovechando el boom turístico que, por esos años, empezaba a hacerse presente ya en toda la costa levantina. Junto a otro conocido local de El Perellonet :  Cala, empieza a atraer a los jóvenes de las poblaciones cercanas, en especial de Sueca, Sollana, Alzira, etc.

 

En inicio la sala era una típica barraca valenciana, de ahí su nombre, a la que pronto se fueron adhiriendo carpas para poder acoger al mayor número de personas posible. Pronto se fueron agregando salas a la discoteca, de modo que, hoy en día, cuenta con cuatro pistas.

 

La discoteca comenzó a destacar en los años 70, cuando, llevando ya unos años en funcionamiento, empezó a diferenciarse del resto de discotecas características de la época por su calidad musical. Muchos consideran a esta discoteca como la precursora de la Ruta Destroy, ya que, fue la primera en cambiar la forma de entender la música, y en cambiar su ambiente por uno más radical y liberal.

 

Quizás, debido a la llegada a la cabina de Barraca de Juan Santamaría se generó un cambio de rumbo, tanto en lo musical como en el modo de vivir la noche, que ya no tendría vuelta atrás. Santamaría venía de pinchar en locales de Valencia como Oggi, Metrópolis o Distrito 10 y aplicaría en la discoteca de “Les Palmeres” la misma filosofía musical. Dejó a un lado la música funky y disco de raíces negras proveniente de América para realizar unas sesiones totalmente eclécticas, combinando en ellas desde jazz y post-punk hasta ópera, todo a partir de bases de música blanca totalmente alejada de lo que por aquel entonces todo el mundo concebía como música de discoteca.

 

En 1980 llega a los platos de la cabina de Barraca el Dj Carlos Simó. Con él, la evolución se completaría. Simó, decide apostar por los nuevos sonidos que en ese momento aparecen a escondidas en el panorama musical mundial, música synth-pop, la primera electrónica y la new wave de guitarras blancas, en detrimento de la música disco, considerada por la juventud valenciana de la época como música garrula y antigua, aunque eso sí, dejando caer de vez en cuando pinceladas funky o temas clásicos del soul.

Simó trató y consiguió sin duda, desbancarse de la música tradicional que sonaba en el resto de locales de la época. Su premisa era, si sonaba en la radio ya no sonaría jamás en Barraca. Por ello, cuando un tema se tornaba popular había llegado el momento de “matarlo”, esa noche anunciaba su “muerte”, lo ponía por ultima vez, y ante su publico, destruía el disco. Este hecho, marcaba toda una forma de entender la música, de huir de los sonidos convencionales y de someterse a una continua investigación sobre nuevas tendencias con el ánimo de sorprender siempre a los que allí acudían.

ruta del bakalao valencia años 80

Barraca cambió la forma de entender la música ,y  su ambiente  se tornó más radical y liberal ,los sonidos electrónicos principalmente alemanes hacían su  presencia : Front 242 ,Kraftwerck ,Ultravox , Anne Clarke ,Invisible Limits , Farm ,Vicius Pink , A split second entre otros

 

La fiebre estaba cerca de llegar, las sesiones se hacían cada vez más largas y se hacia normal ver amanecer en su terraza, aun así, Barraca aun no era del todo conocida hasta que abrió Chocolate en Septiembre de 1982, este fue el impulso definitivo para comenzar la ruta, la gente se empezó a congregar por aquélla zona entre el Perelló y Sueca.

 

En 1983 se hacían populares los viajes de una discoteca a otra, Chocolate impulsó sus sonidos hacia un corte mas radical y vibrante, Barraca se encomendaba más a sonidos  Synth Pop, psicoldelia y electrónico-melódicos.

 

Así, nacieron en Valencia los denominados "barraqueros", asiduos a esta sala, y la que se llamaba "música barraquera", la música característica de esta sala. Además la discoteca acompañaba sus sesiones de espectaculares performances.

Toda esa mezcla hacía de las sesiones de sábado noche de Barraca, un hito único en todo el estado español. Era, por tanto, posible escuchar en las noches barraqueras, música de formaciones como Human League, Sex Pistols, The The, Tom Waits, Camouflage, Kraftwerk, Dream Sequence, Spandau Ballet, Simple Minds, Talk Talk, Joy Division/New Order, The Smiths, Happy Mondays, A Splint Second, B Movie, Pink Floyd, Ramones, Depeche Mode, Supertramp, New Model Army, Radio Futura, Gary Numan, etc.

 

Barraca pasó a convertirse en punto de encuentro para todas las tribus urbanas que poblaban Valencia. Tanto new romantics, mods, punks, rockers, etc., se reunían en un ambiente de total sintonía.

 

Si en Valencia capital el encuentro de miembros de dichas bandas acababa casi siempre en pelea (el odio entre unos y otros era total), Barraca fue un lugar de tregua, en el que lo importante era vivir la música y, sentirse libres de la sociedad por unas horas.

 

Hay que tener en cuenta que, este hecho fue posible en Valencia por varios motivos, entre ellos la situación prácticamente underground de la ciudad respecto a las grandes urbes nacionales como Madrid o Barcelona tras el final de la dictadura y el paso a la democracia del país.

En Madrid, todo giraba alrededor de la Movida, formada por los grupos españoles que se originaron tras la dictadura con ganas de experimentar y componer una música libre de censuras y controles por parte del gobierno.

Mientras, Barcelona se encontraba todavía muy en primera plana, muy a la vista, como para poder generar una revolución musical como la vivida en Valencia.

Extrapolándolo al Reino Unido, podríamos decir que Madrid y Barcelona representaban a las grandes ciudades británicas de la cultura, como eran Londres y Liverpool.

En cambio, Valencia sería comparada rápidamente con el Manchester de finales de los setenta, el Manchester de los Sex Pistols, Joy Division (que poco después y tras el suicidio de su líder Ian Curtis, se convertirían en New Order), The Smiths, Happy Mondays, etc., y por tanto Barraca sería el club equivalente al famoso Hacienda.

 

Tanto los jóvenes de Manchester como de Valencia, buscaban su lugar en un mundo en el que todo giraba alrededor de las grandes capitales y lo socialmente aceptado como moderno. Era por tanto, un público nihilista y abierto plenamente a las nuevas tendencias tanto musicales como culturales.

 

Durante los años 80, asistir a Barraca era todo un espectáculo para la vista, ya que en esta discoteca se podían hallar a todos aquellos que huían de lo corriente, en cuanto a estética se refiere.

Carlos Simó empezó a programar conciertos en discotecas, siendo Barraca la pionera en Valencia, en albergando importantísimos conciertos de grupos como New Model Army, Luz, Tino Casal, Comité Cisne, Lou Reed, Killing Joke… aunque pronto le seguirían salas como Chocolate, Isla, Pachá, Fórmula 1,...etc.

 

Barraca comenzó a ser frecuentada por gente muy diversa, estrambótica en muchos casos, de distinta clase social (desde el llauraor de pueblo hasta el más pijo de la capital), de diferentes edades y, también se convirtió en uno de los primeros locales en los que no importaban la tendencias sexuales de los asistentes, viéndose por sus pistas a los primeros drag-queens de Valencia.

 

Personajes de todo el mundo, pasaban un sábado por la noche descubriendo la magia, vanguardia y personalidad de todo un mito de las cabinas. Era fácil encontrarse una noche de sábado o un domingo tarde, a personajes célebres de la sociedad española como:  Almodóvar, Loquillo, Alaska, y otros artistas, deportistas o políticos, y gente muy influyente del país.

 

En 1986, Carlos Simó decide poner fin a su carrera como Dj y pasa al plano empresarial, aportando su talento de otra manera, asumiendo la dirección hasta 1988, momento en el que deja Barraca y pasa a ser propietario y director de otra mítica sala valenciana, Puzzle.

 

En 1990 comienza la "triste" época de la ruta del bakalao, algo que nunca existió, pero así se le nombró por intereses políticos y mediáticos.

Desde el 90 al 94, Barraca disfruta de las sesiones de sábado noche y domingo, con una gran afluencia de público en ambas, con una media de 4.000 personas por sesión. Siendo estas musicalmente diferentes, aunque con los mismos djs residentes, José Dj y Cristian G. Martí, con protagonismo de imagen en el primero, siendo la referencia de la sala, y con frescura y buena estructura de sesiones, en el segundo, siendo un joven de gran proyección y talento

 

Barraca y las demás salas de Valencia viven su cénit. Todas las discotecas llenan sus sesiones de jóvenes festeros. Es la época del cambio musical. El paso de la música techno pop, industrial, new beat y EBM al llamado bakalao, estilo resultante de la mezcla de elementos del hardcore techno, el EBM y el rock gótico y que acabaría evolucionando hacia la makina valenciana, mezcla de sonidos del comercial italo-dance, el trance centroeuropeo, el hardcore holandés más suave y el techno post-industrial. Los bpms de la música en sesión se acelerarían gradualmente pasando de los 120 hasta los 150 en muchos casos.

 

En 1994, Arturo Roger residente de la mítica ACTV, recibe una suculenta oferta económica y un planteamiento de trabajo a su medida. Pese a las expectativas, el proyecto no cuajó y tan solo unos pocos meses después se disolvió la sociedad.

 

Desde 1995 hasta 1999, Barraca sufre su peor época en todos los aspectos, así como una decadencia importante de toda la zona de ocio con consecuencias políticas a causa del cambio de gobierno en la Comunidad.

 

Barraca tenía que cerrar momentáneamente sus puertas para reabrir poco después. La mayoría de salas notaron en exceso la persecución política, y veían sin poder hacer nada, como cada vez más sus parkings no llegaban a llenarse ni a la mitad de su capacidad.

 

Entre el 96 y 97, se producen numerosos cierres de locales emblemáticos como ACTV, Heaven o Spook Factory. Solo algunas discotecas como Barraca, Chocolate, Puzzle o The Face consiguen permanecer abiertas durante un tiempo más.

discoteca chocolate sueca
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